lunes, 5 de enero de 2015

El amor romántico

Antes de adentrarse en el análisis del amor romántico en la literatura española, Branka Kalenic Ramsak (hispanista de la Universidad de Liubliana, Slovenia), en su artículo “Ejemplo del amor romántico en la literatura española del siglo XIX”, esboza algunas notas etimológicas de la palabra “romántico”, centrándose en la evolución de su significado.  Así comienza su estudio:

Romanticismo es el movimiento literario que surge en Inglaterra y Alemania a finales del siglo XVIII y que en las primeras décadas del siglo XIX se extiende a otros países de Europa y América. La palabra romántico ha llegado a significar tantas cosas que, por sí misma, no significa nada. Las palabras romántico en inglés y francés (romantic o romanesque) se relacionan en el siglo XVII con lo novelesco, lo ficticio, igual que lo romancesco en español. El término romántico adquiere en el siglo XVIII el valor de lo pintoresco, pero también el significado peyorativo -"soñador", "fantasioso", "falto de realismo". En alemán romatische se utiliza para el mundo caballeresco medieval, pero en Werther (1774) de Goethe adquiere el significado "pasional", "exaltado". Al inicio del siglo XIX August Wilhelm Schlegel establece la oposición entre la literatura romántica y clásica y en Francia Mme. de Stäel determina en sus escritos las bases teóricas del romanticismo.

En España, recuerda Kalenic, la palabra “romántico”, en su significado más propio de “corriente artística”, aparece por primera vez bastante tarde, en concreto el 26 de junio de 1818, en las páginas del periódico madrileño Crónica Científica y Literaria.

El hispanista esloveno, en su análisis, nos propone un rápido recorrido a lo largo de algunos de los tópicos y temas de la literatura romántica: dedica algunos párrafos al concepto de “libertad”, palabra clave del Romanticismo, y, por supuesto, dado el argumento del artículo, a la idea de “amor”. Así, especifica que dentro del concepto amoroso romántico se pueden establecer tres tipos de amor que frecuentemente se entrelazan:
  1. hacia la naturaleza – símbolo de la mujer amada;
  2. hacia la mujer – símbolo del ideal amoroso más puro;
  3. hacia la mujer – símbolo de lo metafísico, de lo infinito.
El héroe romántico aparece como un ser misterioso, un rebelde, un seductor, un amante, cuyo amor puede ser no correspondido: es perseguido por el destino y gobernado por las pasiones. Ejemplo de este atormentado amor romántico se puede hallar en obras como El diablo mundo de José de Espronceda, Don Álvaro o la fuerza del sino del Duque de Rivas

En definitiva, en el Romanticismo el amor humano es tratado con una enorme riqueza de matices, pero el tema siempre trasciende lo meramente amoroso para considerar el dolor, la muerte, las normas sociales en la desgracia de la mujer o la indiferencia del mundo ante el sufrimiento de los hombres. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario