Esta semana han empezado mis prácticas en el Instituto Beatriu Fajardo de Benidorm. El pasado día 21 de enero se celebró la Jornada de Bienvenida, en la que el coordinador, prof. Marc Antoni Pérez Lloret, nos enseñó el funcionamiento del centro y las infraestructuras. Ese mismo día tuve la ocasión de conocer a mi tutora, prof.a María Magdalena Santapau Argullo, quien me acompañará durante mi estancia en el centro.
Pero no fue hasta el martes de esta semana cuando pude entrar en contacto con la realidad escolar del IES, asistiendo a las clases de dos terceros de la ESO. La primera impresión fue muy alentadora y estimulante: la prof.a Santapau impartió todas las clases en la misma aula, que está equipada para soslayar las necesidades pedagógicas propias de una lección de lengua española (una biblioteca esencial con varios diccionarios, un proyector con pantalla, fichas y esquemas en las paredes con algunas de las nociones o reglas gramaticales básicas, etc.). En el Beatriu Fajardo las aulas se organizan temáticamente, es decir, cada espacio está equipado para afrontar las exigencias de una materia concreta, por lo que son los alumnos, no los profesores, quienes se desplazan al finalizar cada hora lectiva. Como nos explicó el prof. Pérez Lloret el día de la acogida, esta peculiar disposición de espacios favorece un clima más profesional y académico entre los alumnos, fomentando su independencia.
La asistencia a las clases fue de gran aprovechamiento: practicando una escucha activa y atenta, pude familiarizarme con algunas de las estrategias pedagógicas empleadas por mi tutora. Podría destacar, entre muchas, el inteligente uso del humor (y en algunos casos de la ironía), muy eficaz y apreciado por los alumnos; o el controlado y rentable uso de reforzamientos positivos y negativos.
Muy instructiva fue también la asistencia, el viernes 30 de enero, a una reunión entre la profesora y los padres de un alumno, en la que mi tutora ilustró el (bajo) rendimiento académico de un estudiante. Aquí pude observar en la práctica cómo manejar una conversación, a veces muy delicada, con padres de alumnos con dificultades más o menos importantes, destacando el uso de un lenguaje y vocabulario directo, pero en todo momento cuidadoso, y un discurso muy fáctico y asertivo, centrado en la búsqueda de soluciones concretas y aplicables inmediatamente.
El martes tuve la ocasión de participar en un simulacro de accidente viario, escenificado en el Taller de tráfico que se encuentra en el mismo complejo urbanístico del instituto Beatriu Fajardo. La DGT y la Policía Local de Benidorm está proponiendo en estos días una serie de encuentros para sensibilizar a los jóvenes en la seguridad en la carretera, teniendo en cuenta que muchos de ellos están a punto de conseguir el carnet para conducir ciclomotores. La experiencia fue muy interesante, porque, en lugar de recibir (pasivamente) una charla, los alumnos pudieron presenciar la simulación de un accidente, con una puesta en escena muy realista. Impresionante fue el despliegue de los cuerpos policiales, bomberos, cruz roja, quienes nos mostraron su actuación en esos casos, y, además, nos enseñaron cómo ha de comportarse alguien que presencia un accidente.
La semana que viene impartiré una unidad didáctica a dos grupos de tercero de ESO: comentaré mi experiencia en el próximo post.
No hay comentarios:
Publicar un comentario