lunes, 29 de diciembre de 2014

Del espejo a la lámpara

No hay metáfora mejor que la encontrada por el crítico e historiador de la literatura inglés M.H. Abrams para describir el pasaje de una estética y poética neoclásica, que caracterizó las expresiones artísticas en la segunda mitad del siglo XVIII en Europa, a otra puramente romántica y, si queremos, exquisitamente moderna. Según Abrams, si antes se podía resumir en la imagen del "espejo" la tendencia mimética (mímesis significa "imitación") de los escritores, concentrados en imitar la naturaleza en sus mínimos particulares, como si sus textos fuesen unos espejos en los que las cosas de la realidad exterior e interior se reflejasen perfectamente, con el cambio de siglo (XVIII-XIX) asistimos a una modificación de este paradigma teórico: ahora la nueva sensibilidad de los artistas está volcada a revelar la expresión interior de su propio yo, iluminando los espacios recónditos de su interioridad con sus versos y su prosa, como una lámpara. Así, la literatura deja de ser una copia (imitatio) de la naturaleza exterior, y se fundamenta en la expresión espontánea del sentimiento: la teoría expresiva se opone así a la aristotélica (así se conoce la concepción mimética del arte, debido al tratado de Aristóteles, Poética), la cual fija la génesis del arte en el natural instinto de imitar.
M.H. Abrams, en El espejo y la lámpara (ensayo en el que se recoge su interpretación del romanticismo antes ilustrada), afirma que en la teoría romántica

la causa suprema de la poesía no es, como en Aristóteles, una causa formal determinada primariamente por las acciones y cualidades humanas imitadas; ni, como en la crítica neoclásica, una causa final, el efecto que se propone ejercitar sobre el auditorio; sino, en vez de ellos, una causa eficiente -el impulso, dentro del poeta, de sentimientos, y deseos que buscan expresión, o la compulsión de la imaginación 'creadora' que, como Dios creador, tiene su fuente interna de movimiento (M.H. Abrams, El espejo y la lámpara. Teoría romántica y tradición crítica, Barcelona, Barral, 1975, p. 46)

Pese a que Abrams, en su estudio, se basa principalmente en textos de autores románticos ingleses, estas agudas ideas nos servirán para entender muchas de las cuestiones y temas del romanticismo español.


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